En España llaman “mentidero” a aquellas reuniones de amigos en los que se conversa animadamente sobre esto y lo otro, en las que se cuecen de primera mano verdades a medias, se critica y elogia a los gobiernos, se habla del cuerpazo de aquella tipa que pasa todos los días por la esquina “qué buena está”, y del fútbol como tema preferido. El término “mentidero” realmente no se refiere a muchas “mentiras”, sino es una manera de decir que son variadas y sin guión las cosas de las que se conversan de cualquier vaina, volvemos a decir.
Y en esas reuniones de panas surgen temas a veces inesperados o inventados por la ocurrencia de un integrante, como pudo haber sido hace unos días cuando surgió la especie del interés del Real Madrid, el Manchester United o quién sabe que otro club, por el venezolano Jon Aramburu. El comentario tomó cuerpo y voló de uno a otro grupo de paisanos, y de eso es de lo que ahora queremos hablar. Hablemos, pues…
Ahora estamos recordando las veces que jugadores venezolanos han sido colocados en equipos de linaje, sin que aquello no haya sido más que un comentario de calle. Es típico en el fútbol crear falsos paraísos, casi siempre desembocadura de imaginaciones fértiles y sin mala intención. Hace unos años se dijo, con ruido de estruendo, la contratación del Wuilker Faríñez para el Barcelona.
Iba a ser llevado como segundo arquero y como guardaespaldas del titular, Marc-André ter Stegen. Y Faríñez fue a Europa, es verdad, pero al Lens, un equipo sin mucho ruido que acababa de subir a la primera división del fútbol francés. Son ensoñaciones coloridas de aficionados y de medios de comunicación que a menudo, y por sensacionalismos, dan cuerda a rumores que se pierden en el espacio infinito…
Obviamente, Aramburu podría estar en los planes de instituciones de mucho peso (aunque está firmado con la Real Sociedad hasta 2030), tal es su calidad como marcador de punta derecho, pero lanzar la noticia así, con aquella seguridad, está más cerca de un deseo ferviente y a veces delirante que de la verdad-verdadera. El fútbol, pues, está permanentemente salpicado de sensaciones y deseos ofrecidos como noticias.
Y esto pasa en todos los países suramericanos, al menos, porque es parte de la esencia de una actividad que no tiene números ni estadísticas, sino ilusiones construidas con arenas que el viento se lleva con la más leve brisa. Bueno, y mientras todo este universo de “mentideros” se erige a un costado de Jon Aramburu, la Vinotinto y Venezuela entera lamentan que el magnífico jugador no vaya a estar ante Ecuador el próximo 21 por acumulación de tarjetas amarillas. Qué se le va a hacer.
Nos vemos por ahí.
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